Gran conocedora de los licores del Pirineo y de sus métodos de elaboración artesanales, Anna Peroliu bajó de Serra Cavallera (Valles de Camprodon) a Sant Quirze de Besora donde en seguida su
deliciosa ratafía empezó a ganar una reputación especial.
Viendo las posibilidades de negocio del producto, Faustí Bosch y Coll inició su comercialización en el año 1892, acontecimiento del cual aún queda constancia en el archivo de la destilería en un
documento manuscrito de compraventa.
A lo largo del tiempo, el espíritu de los fundadores así como los secretos de la producción han sido transmitidos de padres a hijos hasta llegar actualmente a Faustí y Josep Bosch, la quinta
generación que gestiona el negocio.
Consolidada en su ámbito territorial con fuertes raíces y extendida a casi la totalidad de Cataluña, Ratafia Bosch es hoy una empresa en expansión que se enfrenta al futuro con optimismo y la
mirada siempre adelante.